Hablamos del rigor y de la dureza
del invierno, pero días como los que venimos sufriendo son dignos merecedores
del calificativos de rigor y dureza estival, que nos hacen prácticamente
imposible el poder hacer alguna salida fotográfica incluso al amanecer, pues aunque
la ida puede ser agradable, solo pensar en la vuelta con la mochila acuestas hace
que sopesemos muy profundamente si nuestro objetivo merece la pena.
Así las cosas, he querido dejar
en esta entrada la imagen añorada de un pequeño torrente recogida en Fornalutx
durante esta primavera, para que refresque nuestra vista un poco cansada de las
espesas calimas de estos días, un ejercicio en clave alta tras el amanecer en
la Aucanada, que casi nos obliga a entornar un poco la mirada ante lo que promete
ser un intenso día de verano, y una luna llena en cala Mondragó, justo antes de
que las boyas y las embarcaciones hicieran acto de presencia.
Para quienes la afición a la fotografía
supone más del cincuenta por ciento de nuestro equilibrio mental, la actual
estación nos obliga a agudizar el ingenio a fin de que nuestras neuronas no
queden con otro rigor: el "rígor mortis" de la mojama.
Torrente en Fornalutx
En la Aucanada tras el amanecer
Cala Mondragó
Muy cierto, mucha calor, luz dura ... ¡pero disfrutamos fotografiando!, así pues nos toca agudizar el ingenio, exprimir las neuronas ...
ResponderEliminarA mi también me gusta revisar el archivo de épocas anteriores, es como tomarse un refresco.
Como siempre...me encantan!!! La del torrente de Fornalutx me lleva de viaje a Marte?????
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