lunes, 9 de julio de 2012

Hablamos del rigor y de la dureza del invierno, pero días como los que venimos sufriendo son dignos merecedores del calificativos de rigor y dureza estival, que nos hacen prácticamente imposible el poder hacer alguna salida fotográfica incluso al amanecer, pues aunque la ida puede ser agradable, solo pensar en la vuelta con la mochila acuestas hace que sopesemos muy profundamente si nuestro objetivo merece la pena.
Así las cosas, he querido dejar en esta entrada la imagen añorada de un pequeño torrente recogida en Fornalutx durante esta primavera, para que refresque nuestra vista un poco cansada de las espesas calimas de estos días, un ejercicio en clave alta tras el amanecer en la Aucanada, que casi nos obliga a entornar un poco la mirada ante lo que promete ser un intenso día de verano, y una luna llena en cala Mondragó, justo antes de que las boyas y las embarcaciones hicieran acto de presencia.
Para quienes la afición a la fotografía supone más del cincuenta por ciento de nuestro equilibrio mental, la actual estación nos obliga a agudizar el ingenio a fin de que nuestras neuronas no queden con otro rigor: el  "rígor mortis" de la mojama.

Torrente en Fornalutx

En la Aucanada tras el amanecer

Cala Mondragó

2 comentarios:

  1. Muy cierto, mucha calor, luz dura ... ¡pero disfrutamos fotografiando!, así pues nos toca agudizar el ingenio, exprimir las neuronas ...
    A mi también me gusta revisar el archivo de épocas anteriores, es como tomarse un refresco.

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  2. Como siempre...me encantan!!! La del torrente de Fornalutx me lleva de viaje a Marte?????

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